Biblioteca Popular José A. Guisasola





El sapo andaba atareado y nervioso, revolviendo entre los yuyos y juntando cosas. No tenía tiempo casi ni para saludar.

—Esta noche vienen, ¿eh, don Sapo? —preguntó el coatí.

—Ay, don Sapo, no veo la hora de que lleguen —dijo la paloma.

—No sé si voy a poder dormir esta noche —dijo la iguana.

—Bah —dijo la lechuza—, ése es un sapo mentiroso. Seguro que les anduvo contando el cuento de los Reyes Magos.

—Don Sapo nos dijo que esta noche van a venir con regalos —contestaron el coatí y la paloma.

—¿Sí? —dijo la lechuza—, y también les habrá dicho que vendrán montados en camellos. ¿Me quieren explicar cómo hacen los camellos para cruzar el mar? ¿A que eso no les dijo?

—Claro que sí. Nos contó que había sido un problema, y por eso ahora vienen montados en sapos, que sí saben cruzar el mar. A saltos, claro.

—¿Y para cruzar las montañas? ¿Los sapos saben cruzar las montañas? ¿A que eso no les dijo?

—Sí nos dijo, sí nos dijo. Andan todo el día a los saltos para practicar el cruce de las montañas. Ésa es la forma de cruzarlas, a saltos.

—Bah —dijo la lechuza—, ése sapo es un mentiroso. ¡Miren si los Reyes Magos van a cambiar los camellos por sapos! ¿Alguien los ha visto montados en sapos? ¿A que eso no les dijo?

—Sí nos dijo, claro que sí. Nadie los vio porque los sapos no hacen ruido al saltar y llegan despacito cuando todos están dormidos. Los camellos hacen mucho ruido.

—Bah —dijo la lechuza—, se van a quedar con las ganas porque esta noche no va a venir nadie.

En la noche brillaba una luna redonda y blanca. El coatí, la paloma, el quirquincho y mil animales más daban vueltas sin poderse dormir. Al final, como sin darse cuenta, se durmieron más temprano que nunca. Sólo quedó despierto el canto de las ranas.

Aquel 6 de enero todos se despertaron muy temprano.

—¡Vinieron los Reyes! ¡Vinieron los Reyes! —gritaban picos y hocicos.

Al lado de cada uno había un regalo. Una pluma roja para la paloma gris. Un higo maduro para el coatí. Una flor de mburucuyá para la iguana. Y así mil cosas para los mil animales.

—¡Vinieron los Reyes! ¡Vinieron los Reyes! —gritaban todos.

¿Todos? Bueno, todos no. En un rincón, tras de un árbol caído, el sapo dormía sin que los ruidos pudiesen sacarlo de su cansancio. Había andado a saltos toda la noche, y ahora soñaba con Reyes Magos montados en sapos, y hablando en sueños decía:

—Ja, si sabrá de Reyes Magos este sapo.



FIN


En: “Animal de patas largas”, Gustavo Roldán. Edit. Sudamericana. Ilustraciones de Sáulor (Oscar Rojas). A partir de 7 años. Humor

Cuentos del monte, de animales, de cosas que pasan porque llega el viento y la sequía, o porque no hay ni vientos ni sequía. En fin, cosas que pasan por aquí o por allá, y de las que -a veces- solo nos enteramos por cuentos.


CONTENIDO DEL LIBRO:

-Animal de patas largas
-Historia de la pulga que aplasta
-Noche de reyes a los saltos
-La pulga que salvó el mundo
-Los cucuruchos de los reyes magos.


Visto y leído en:

Dame la palabra 1 - Tinta Fresca - Published on Jan 19, 2012 https://issuu.com/tintafresca/docs/damelapalabra_cap1-2

Noche de Reyes a saltos - LONGSELLER
https://longseller.com.ar/wp-content/uploads/2021/03/Noches-de-reyes.pdf

PURO CUENTO – Blog de Rubén García García - Sendero
https://teecuento.wordpress.com/2009/11/01/noche-de-reyes-a-saltos-gustavo-roldan/

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